Tal y como os planteé en la anterior entrada referida a este concepto, su naturaleza es eminentemente sensorial. Por tanto precisa de la experimentación para poder interiorizarlo.
Hoy os dejo varias ideas para poder hacerlo. Así no solo se trabajará el concepto en sí, sino diferentes manualidades que os ocupará tiempo y serán muy motivadoras para ellos/as en su ejecución, y todo ello con materiales que podemos encontrar fácilmente en casa.
En este vídeo con las tapaderas de los envases de las toallas húmedas, podemos realizar un amplio repertorio de texturas.
Estas son otras dos opciones que solo precisan folios o cartulinas. La de la derecha es un libro de texturas. Uno para las suaves y otra para las rugosas. Podéis, también, hacer un solo libro dividiendo las paginas por la mitad con una línea vertical. En un aparte, pegaréis elementos suaves: cinta aislante, pétalos de flores, hojas, trocitos de folios, distintos tipos de papeles, macarrones...y en la otra, rugosas: corteza de árbol, monedas, velcro, cascaras de nueces, papel aluminio arrugado...
Para terminar podéis hacer este tipo de ficha, donde también se sensibiliza al lenguaje escrito.
Pegaremos en el lugar habilitado para tal fin, algo liso o rugoso. También podemos optar por dibujarlo.
Como siempre os digo, quien tenga impresora puede utilizar estas mismas, quien no la posea puede dibujarlas en un folio o cualquier otra ficha similar.
Insisto, nuevamente, en la importancia de estar a su lado cuando la realizan, y hacer énfasis en los buenos hábitos relacionados con la forma de sentarse y coger el lápiz.
MUCHAS GRACIAS!!!
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