En el desarrollo del primer desafío, hemos realizado el segundo experimento. En este caso, se trataba de que, mediante la investigación, llegaran a la conclusión de la inexistencia del color en el agua. Para ello, llenamos un recipiente y preguntamos qué color veían. Algunos dijeron azul, otros blanco...
El siguiente paso fue colocar papel celofán de distintos colores en el suelo y situar el recipiente encima de ellos para que comprobarán que el agua cambia del color.
Así fuimos preguntando, conforme íbamos cambiando el color del papel, ¿qué color tenía el agua?.
Con esta experiencia, no tenían duda. El agua podía ser verde, roja, azul... Así llegamos a la primera conclusión: El agua no siempre tiene el mismo color.
No obstante, después de esta actividad algunos/as pensaban que el color del agua era blanco. Para ello cogimos un papel de ese color y le preguntamos si ése era el color del agua? Contestaron, nooooo!!!
El siguiente paso fue colocar papel celofán de distintos colores en el suelo y situar el recipiente encima de ellos para que comprobarán que el agua cambia del color.
Así fuimos preguntando, conforme íbamos cambiando el color del papel, ¿qué color tenía el agua?.
Con esta experiencia, no tenían duda. El agua podía ser verde, roja, azul... Así llegamos a la primera conclusión: El agua no siempre tiene el mismo color.
No obstante, después de esta actividad algunos/as pensaban que el color del agua era blanco. Para ello cogimos un papel de ese color y le preguntamos si ése era el color del agua? Contestaron, nooooo!!!
Seguidamente levantamos el recipiente del suelo y al preguntar de nuevo, algunos dijeron que el agua era como el cristal!!! Eureka!!!!
Ya habíamos conseguido algo muy importante. Nos dirigimos a los cristales de la clase y preguntamos sobre la tonalidad del mismo. Entonces contestaron que no tenían color. Volvimos a poner el papel celofán en esos cristales y comprobaron que a las ventanas le pasaba como al agua. Cambiaba de color en función del papel que colocábamos.
Para finalizar el experimento, volvimos al recipiente con agua y fuimos tiñéndola con colorante alimenticio para que viesen que volvía a suceder lo mismo. Es decir, el agua adoptaba el color de la tonalidad de ese colorante.
Así concluimos que por esa razón, porque el agua es incolora, de noche es negra, los días nublado gris y los días soleados azul.
Costó un poco de trabajo porque todo este proceso es muy difícil para ellos/as, pero al final lo conseguimos.
Os dejo con algunas imágenes de la experiencia.
MUCHAS GRACIAS!!!
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